En mi familia somos cuatro
y no vestimos a la moda,
pero llegó Michael Jackson
blanco, flaco y muy en onda.
Le dijimos que él había muerto,
pero a él no le importó,
y con su pasito preferido
a todos nos conquistó.
Hoy ya estamos en la tumba
porque Jackson nos llevó
nos mató de tanto gusto
que hasta el panteón alegró.
Ahora mi abuelita canta y canta
y no se quedará sin bailar
porque de Michael Jackson aprendió
su pasito para atrás.
domingo, 1 de noviembre de 2009
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